Puedo mirarla, bonita.

Puente de los suspiros

Le puedo regalar solo pétalos de geranios porque las rosas están caras, *es mentira que la pobreza en Perú disminuyó, yo tenía mas en el 2010.

Paseamos por el "puente de los suspiros" en Barranco, para no ser originales para continuar luego por "bajada de baños", al llegar al mar le digo:
no tenemos porque apurar los pasos, ser lento tampoco es normal ¿y qué?
Si escuchamos al viento frío podríamos conseguir la pasión que soñamos...ser brisa, ser azul.
Una estrella fugaz podría pasar en Lima y justo tu y yo la vemos, no la alcanzaríamos porque vamos lento, muy lento...




Estoy con mi chica que llegó desde lejos a brillar un poco en mi tierra junto a un amor, dejando todo por el, decidió instalar sus maletas por un año que se volvió indefinido.
Un día, no hace tiempo, ni hace poco, la vi, la conocí, lloraba en medio de un jardín, eran lágrimas de desamor, aun así me miro.

Yo, cínica, le ofrecí amistad, hombro donde llorar, alegría instantánea para la tristeza reemplazar.
Solo quería acariciar uno de los rostros mas bonitos que vi.
Le enseñe que no había nada mas simple que echarnos a reír, lo aprendió muy rápido y ahora ella es quien me hace reír a mi.

"...Y a lo mejor, si la sonrisa viene de muy de muy adentro, usted puede llorar
sencillamente sin desgarrarse, sin desesperarse, sin convocar la muerte ni sentirse vacía...llorar
sólo llorar entonces su sonrisa, si todavía existe se vuelve un arco iris. " (Arco iris - Mario Benedetti)

Aun no se va, sigue en mi tierra, en mi ciudad.
Acompaña mis sueños, quiero dibujarla en la pared junto a mi cama para jugar con mi mente a no olvidarla, la verdad, solo es pretexto para desnudarla.

Bonita, ¡es usted bonita!, no hay mas y también lo hay, porque dentro de usted también hay bonito, se piensa bonito, se sueña bonito, se lucha bonito, se siente bonito.
Como mira, como encanta, como ríe, como piensa, cuando está seria, cuando tiene sueño, cuando le provoca un café instantáneo, cuando tiene asco, a ese olor fuerte que no se acostumbra , ese olor que suelta el mar a veces muy temprano.

Puedo abrazar como lo sugiere, jugar de día si le apetece...
Tengo a quien mirar...ya tengo a quien contemplar y no necesariamente, en silencio. Tampoco hay porque gritarlo.