Individuo anónimo.

Estaba dibujando rostros, captaba inmediatamente lo que sentían esas personas, la expresión precisa. Su arte era único, iluminado, su mano parecía dejarse llevar por alguien superior, un ser con grandes poderes sobrenaturales: ELLA.

Sentada en el parque, mirando a la gente pasar hasta toparse con un rostro que sin hablarle le dijera algo y automáticamente se ponía a dibujarlo, sin que aquella persona se diera cuenta que en medio de tanta gente existía alguien dibujando su cara y mas que eso, que entre tanta gente había alguien sintiendo aquello que esa persona talvez ni siquiera comprendía o tenía claro sentir.


Al terminar, esperaba mirando pacientemente a los ojos a aquella persona hasta toparse con su mirada, el/la individuo anónimo, la miraba, miraba a otro lado pero luego era tan penetrante y obvia su mirada que era imposible no detenerse a mirarla también con cara de: ¿qué me miras? ¿es a mi a quien miras? Luego de un largo rato ese o esa individuo anónimo a veces con duda otras desafiante se acercaba a preguntarle talvez que quería, pero antes de articular palabra, ella les enseñaba lo que acababa de dibujar, una gran sorpresa se llevaban al mirarse cual espejo en aquel papel.

-¿Cómo puede saber lo que estoy sintiendo?
-No, ¡no puedo creer que usted dibuje tan bien lo que expreso!
-Tengo mucho tiempo esperándola...
-Ando preocupado sin empleo...
-Mi novio me dejó hace unos minutos...
-Estoy embarazada...

Etc, etc, etc...eran solo algunas de las excusas que le contaban las personas al verse de alguna manera descubiertas.

Regresaba a casa satisfecha, sintiendo el aire en su rostro, dicen que cuando uno se toma la tranquilidad de sentir, sen-tir  el aire como caricias, es porque estas siendo feliz, es porque estás viviendo a plenitud, y la sensación hace que puedas sentir olores, placeres, que se topan con todos a diario, pero muy pocos consiguen percibir.

-No entiendo como puedo conseguir hacer todo esto si yo no se dibujar...
le decía a su compañero y amigo con el que compartía departamento.
-A ver, muestrame que hiciste hoy...
son perfectos - se lo decía mientras le alcanzaba un cigarrillo casi por acabar de marihuana.

Era extraño incluso para ella ese momento, hace tanto que no fumaba. Se sentaba sola dándole la espalda a sus dibujos, dando la espalda a todo en esa habitación, inhalaba una, dos, tres veces...luego apago lo poco que quedaba. Cerró los ojos y se durmió, o pensó que eso hacía.

Se despertó, en su cama tapada hasta el cuello, miro a su alrededor, era su cuarto, el mismo de siempre, no habían dibujos, tampoco rostros, no era un departamento compartido.

*Hay cosas que nacen sin entender desde donde han llegado.