Una nubladita.

Pueda que una película, solo una escena, un día, una noche, una mirada...inspire mas de lo que podría imaginar aquel que no escribe, quien no canta ni compone, quien solo rehuye de lo que su alma exaltada le lanza a gritos. Cortes de espadas ignoradas, mejor apaciguar el dolor de las heridas, la angustia por lo no existente, cerrando los ojos, soñando lo mas rápido antes que ataque el miedo y nos quedemos por horas, despiertos.
La vida camina, camina en Lima. Todo transcurre, depende donde estés, de manera normal o de manera violenta, pero hay un nombre, tú nombre ,ese que no da respuestas, al contrario interroga, pero calma.
Canta, suave, rápido, alto, bajo. Me da olores y sabores, sí, tú nombre.

Es un secreto que se esconde, en mi risa nerviosa, en mis ratos de escritora que no vende ni un cuento. Sumo consonantes y vocales, letras, párrafos, anécdotas...sí, te canté la otra vez, pero no escuchaste por mas que tu nombre , eso si, en silencio, pronuncié.

No te llamo, no te halago, no te invito, si sugiero, si te veo, si por las noches, no en los atardeceres que tanto anhelo. Si te beso, no los labios; Si te abrazo, no con fuerza...¿me acobardo?

Y todo es tan nuevo, nada que hiciera en el pasado se repite.
Ser de luz entre los surcos de los desiertos del sur, se dibujó tu cuerpo, que brilla al reflejarlo en el mar.
Esa espuma que alcanza mis pies al oír (y sentir) las olas reventar, acarician esa tu piel, que es mi piel ;
que la lluvia llore por nosotros, que el otoño sea realmente otoño.